viernes, enero 23, 2004

Siguiendo con el tema de la música, este es un poemita que escribí un sábado muy lento en la oficina, mientras escuchaba, disfrutaba, vibraba al sobrehumano guitarrista ibérico Manitas de Plata, quien según la opinión de muchos, es el más grande guitarrista gitano después de Django Reinhardt.


"A Manitas de Plata"

El sabor de tus cuerdas es dulce, Manitas.
Dulce como una cascada, como el canto de los duraznos en flor,
Como los ojos de una mujer a quien me niego a olvidar.

Dulce y rebelde como el rugido de las olas del mar.

Eres sabio, Manitas.
Puedo ver sobre tus hombros siglos de experiencia y lucha constante.
Y como el árbol que corona la reticencia nocturna de los bosques,
Tus raíces son nobles y profundas.

Toca tu guitarra por siempre, Manitas.
Eleva tu voz hasta los límites de la bóveda divina.
Y al hacerlo no pienses en nosotros,
Porque al llegar el término de la novela incesante,
Te estaremos recordando.