Hace poco leí una frase que decía algún lugar común como "las personas que más dan son aquéllas personas que más necesitan recibir". Recuerdo que la leí y pensé "qué tontería, esto es demasiado obvio como para tomarse en serio". Pero, una vez más, la realidad me traiciona. Es muy cierta esa frase, y aunque en apariencia resulte simple, creo que un análisis profundo nos puede revelar un denso mensaje sobre el desapego a las cosas, y sobre la posesividad. Pero se puede ir aún más profundo. ¿Qué hay del apego a las personas, a los recuerdos, a la interpretación mental que cada uno de nosotros realiza a cada segundo para poder sobrevivir? ¿Qué hay del apego a la conciencia, al sueño, a la ebriedad, a esa cálida ilusión llamada 'verdad'? No tengo respuesta a estas preguntas por ahora. Sólo quisiera ser más fuerte y más débil a la vez, quisiera tener mayor capacidad de dominar a la vida y de disfrutarla, así como una mayor habilidad para doblegarme ante ella, de sentarme y descifrarla, como otra frase que leí el otro día en algún blog, creo que del poeta Percy Shelley (inútil profundizar en esto, es obvia la referencia a mi propia vida), algo así como "si ya tuviste los huevos para cambiar el destino, ten los huevos para hacerle frente". Así de simple. Es como me decía mi papá, "¿tienes muchos huevos para emborracharte? ¿y también tienes huevos para levantarte a trabajar al día siguiente?". En ésas ando por ahora...
Escuchando: Algo de Schubert, afortunadamente (selección de mi jefa de la oficina).