"El virtual presidente electo de Bolivia Evo Morales, durante su primera conferencia de prensa tras declararse ganador de las elecciones de este domingo, trató de explicar los dos puntos que más atraen la atención de los observadores: la tan mentada legalización de la coca y su política frente a las multinacionales.
Las autoridades electorales bolivianas aún no han declarado los resultados finales de los comicios, pero el principal rival de Morales, el conservador Jorge Quiroga, ya aceptó la derrota.
Morales, un indígena aymara, ha prometido legalizar el cultivo de la hoja de coca.
Hasta el momento la ley boliviana permite el cultivo de 12.000 hectáreas de coca para el uso tradicional. Según un informe del departamento de Estado de Estados Unidos, en 2004 había 24.000 hectáreas sembradas.
El líder cocalero hizo énfasis sin embargo en que combatirá la producción de cocaína que, indicó, no tiene nada que ver con el uso tradicional andino de la hoja de coca.
"Ni la cocaína, ni el narcotráfico son parte de la cultura boliviana, menos de la cultura de los quechuas y aymaras", expresó Morales desde la sede del principal sindicato de productores de hoja de coca Cochabamba.
Como en ocasiones anteriores, Morales criticó la política anti-narcóticos estadounidense y aseguró que Washington ha utilizado el narcotráfico como "falso pretexto" para instalar bases militares.
Agregó que las políticas de "certificación" de Estados Unidos "no han sido ninguna solución".
"Eso es chantaje de parte del gobierno de EE.UU.", expresó".
- Tomado de BBC Mundo en Español.
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Parte del mensaje de campaña de Evo Morales:
"Gracias a Pachamama, Madre Tierra, gracias por la Hoja de Coca.
Nosotros, Aymaras y Quechuas, naciones originarias de los Andes, hemos sobrevivido los azotes del hombre blanco hasta el día de hoy gracias a nuestra hoja de coca. Desde el momento en que llegaron a nuestras tierras, los blancos han querido controlar nuestra hoja para su enriquecimiento personal. Siendo la coca uno de nuestros mayores tesoros, han abusado de ella aquí y ahora abusan de ella por el mundo entero. Como no han podido controlarla, están decididos a destruirla.
Ellos han catalogado nuestra hoja sagrada como una droga, la han condenado a ser prohibida y eliminada obligatoriamente bajo convenciones de la O.N.U. sobre drogas. Con estas convenciones, las Naciones Unidas han ofendido y traicionado a las naciones Aymara y Quechua. Bajo el manto de estas convenciones y después de empobrecer nuestro pueblo con sus políticas neoliberales, el gobierno de los EE.UU., primer enemigo de los Indios, ha utilizado sus dólares para sobornar a los oficiales de Bolivia, corromper sus instituciones y enfrentar a los demás Bolivianos contra nosotros. Ultimamente, la embajada de los EE.UU. en La Paz ha puesto en pie una fuerza mercenaria con órdenes de eliminar la coca y a los Indios que la defienden.
¡La coca no es una droga!
Hay que acabar con esta mentira. Ha llegado el momento para acabar con la amenaza de aniquilación de la coca y de nuestro modo de convivencia comunitaria. La hoja de coca nos ha sostenido a través de todas las adversidades hasta el día de hoy; y lucharemos con todo nuestro poder y con ayuda de ella, para parar los desalmados propósitos del hombre blanco.
Como otras plantas, la coca es una medicina, una planta sagrada. Gracias a la coca, hemos soportado innumerables sufrimientos causados por la infame guerra de los blancos contra las drogas.
Por esta razón, las Naciones Unidas deben respetar la coca y sacarla de sus listas prohibitivas.
Por esta razón, los EE.UU. deben retirar todo su material y personal bélico de Bolivia. Han abusado de su estadía. Que vayan a luchar contra el abuso de las drogas en su propio país.
Por esta razón, los blancos deben terminar su guerra a las drogas y aceptar que nosotros vivimos en paz con la coca. Deben considerar los informes de Harvard University, la institución académica que más valoran, sobre los efectos beneficiosos de nuestra planta.
Pero eso no sucederá sin una intervención nuestra. Tenemos que emerger para la ocasión.
Ha llegado el momento para las naciones originarias de tomar el poder en nuestras manos.
Ha llegado el momento de redimir nuestra planta sagrada. Nosotros hemos aprendido a tratar a la planta con respeto y ella nos ha recompensado generosamente.
Desde ahora en adelante no toleraremos más que fuerzas extranjeras dañen nuestra planta. Seremos sus soberanos guardianes.
Aquellas naciones que lo acepten serán nuestras amigas. Les ayudaremos a tratar el abuso de la coca en el seno de sus sociedades.
Aquellas naciones que continúen reprimiendo nuestra planta serán nuestras enemigas y las predicciones de enfermedades y miseria, proferidas por nuestros yaquiris (que cura con la coca) y transmitidas por nuestras leyendas, seguramente se cumplirán en ellas.
Mientras el invasor norteamericano nos persigue, nosotros, los cocaleros (que cultivan la coca) y las naciones originarias, nunca nos olvidaremos del grito de guerra que nace por el dolor de un pueblo:
Causachun coca! Wañuchun yanquis!
¡Viva la coca! Yankee go home!"