"El Presidente de México padece una incontinencia emocional peligrosa. Puede soportar los flujos sentimentales que la política le provoca, parapetándose incluso en paraísos estadísticos y políticos que sólo él percibe, pero llegado cierto momento (o habiendo volado determinada ave a cierta hora en alguna circunstancia inasible) es incapaz de retener cuanto lleva dentro. (...) Los alivios de conciencia mucho podrán ayudar a la estabilidad interna del ciudadano Vicente Fox, pero en nada al jefe del Estado mexicano".
- Julio Hernández en Astillero, de la Jornada de hoy