miércoles, mayo 18, 2005

California, mayo de 2005 (I)

Empezaremos esta nota con una frase que encontré en un folleto de propaganda turística que a pesar de su procedencia mercantilista me conmovió duramente. Como he dicho antes en otros textos sobre viajes al extranjero, pido una disculpa anticipada en caso de que se me escape algún acento, ya que los teclados de aquí no los contemplan dentro de sus posibilidades espirituales y para ponerlos tengo que releer todo el texto y usar “Insert/Symbol” de Word. Escucho a un nativo californiano, el gran Mingus, "antipoeta y mago" como escribió de sí mismo Huidobro, con una composición larga, una suite orquestal, "Half-mast inhibition". Y esto me lleva a querer hacer un viaje por la música hecha por californianos y echarme un clavado en la colección de cd's de mi hermosa amiga Colleen Brown (paréntesis cultural: hermanos, siempre hay que confiar en una mujer que ordene sus discos en orden alfabético, quizás sean las mejores entre ellas, i'm impressed CB, i do that too, my cd’s are in alphabetical order and the ones of each particular artist in chronological order, us sharing a librarian part of our souls if you will), que continúo con otro gran elemento de la escena del presente estado, el maestrísimo Jim Morrison y los Doors con las rolas "Alabama song" y "Backdoor man", una marcha alemana de Weill y un blues arrabalero, para rematar con la que en mi opinión es la obra maestra de esta banda, independientemente del innegablemente afín a mi espíritu hecho de que el arreglo de la rola (muy probablemente hecho por Robby Krieger) incluya un interludio fantástico con el tema de la pieza "Afro-blue", inmortalizada por Coltrane pero original de Mongo Santamaría, y de que la letra sea quizás el poema mas hermoso que escribió el camarada Morrison, la fascinante "Universal mind". Una de las cosas más interesantes que he descubierto aquí en los últimos días es que quien ha disfrutado estar en California nunca puede volver a pronunciar el nombre de este estado de la misma forma --sólo pongan atención en cualquier canción de los Doors en que Jim Morrison diga la palabra "Caalifornia" para entender lo que digo. Anti-digresionando, volvamos a la frase que motivó estas reflexiones, mientras salimos temporalmente (aunque nada es seguro) de la vibra musical californiana para aterrizar con la Carla Bley Band tocando el majestuoso y desmadrosamente hermoso tema "Sing me softly of the blues". La frase, de los 1840's, de Walter Colton, primer alcalde del bellísimo puerto californiano de Monterey, dice lo siguiente: "No conozco a gente que disfrute de la vida más profundamente que los californianos. Sus costumbres son sencillas; sus necesidades pocas; la naturaleza hace que las cosas giren espontáneamente hacia sus regazos".

Tambien continuará, quizás en el transcurso de este día.

(Escrito originalmente el 3 de mayo, en Grass Valley, California)