Peripherial presenta
CONCIERTO DE MÚSICA CONTEMPORÁNEA Y FREE JAZZ
Leonel y Roberto Traconis (guitarra acústica y piano eléctrico, música contemporánea)
Sylvain Vergès (saxofón, música contemporánea)
Armando Martín y Blair Latham (guitarra eléctrica y saxofones, improvisación libre)
Fecha y hora: Sábado 3 de diciembre, 9:00 PM
Costo: 50 pesos / 30 estudiantes
Lugar: Unas Letras, calle 56 por 53 esquina, Centro, Mérida, Yucatán
HABRÁ VENTA DE CERVEZAS
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Sitio Web de Unas Letras
* * * * *
- LEONEL y ROBERTO TRACONIS
Influenciado por su padre, quien tenía un profundo gusto por la trova yucateca, Leonel inició desde la infancia sus estudios de guitarra en la escuela de Bellas Artes de Mérida. Posteriormente ingresa a la carrera de Dirección Coral en la Escuela de Música Coral. De forma autodidacta e influenciado por músicos como el pianista Alberto Álvarez y los guitarristas Armando Martín y Cecilio Perera, Leonel continúa sus estudios musicales, concentrándose actualmente en la música clásica, el jazz y la música contemporánea. Su hermano Roberto Traconis tuvo una preparación musical en el piano prácticamente autodidacta, siendo influenciado por su hermano Leonel, quien lo introdujo en la música de jazz.
- SYLVAIN VERGÈS
Nació en 1977 en Auch, Francia. Estudió la carrera de Saxofonista y de Maestro de Saxofón en el Conservatorio Nacional de Región de Bordeaux y en el CEFEDEM Aquitaine. Aunque su formación inicial es de música clásica y contemporánea, desarrolló en su país proyectos musicales muy eclécticos (dirigió proyectos educativos en escuelas, fue miembro del cuarteto de saxofones del conservatorio de Bordeaux, maestro de saxofón, miembro de una banda de punk rock…). Ahora se dedica a la enseñanza del saxofón en Mérida y al desarrollo de la Escuela de Artes Musicales de Yucatán, como coordinador académico.
- ARMANDO MARTÍN y BLAIR LATHAM
Armando Martín inició sus estudios musicales en las escuelas de Bellas Artes y de Música Coral de Yucatán. Desde el 2000 radica en la ciudad de México, donde estudió la Licenciatura en Jazz, con especialidad en guitarra, en la Escuela Superior de Música del INBA. En el 2002 se hizo acreedor a una beca estatal para la presentación en concierto y la grabación en estudio de arreglos y composiciones basados en el repertorio de la trova yucateca. Es integrante del trío de improvisación "En vuelo" con el contrabajista Arturo Báez y el baterista Hernán Hecht. Participó en la última grabación del grupo de free jazz Cráneo de Jade. Recién finalizó una residencia artística en Colombia, auspiciada por el FONCA.
Blair Latham estudió la Licenciatura en Música con especialización en Saxofón de Jazz en Nueva Zelanda. Ha trabajado y tocado en Chicago, Nueva York, Amsterdam, Londres, etc. Es parte importante de la escena de free jazz de su país y ha tocado en muchos festivales de música y cine con sus propios grupos y como acompañante. Ha tomado master classes con figuras de la talla de los saxofonistas Evan Parker, Steve Lacy, Sean Bergin y Michael Moore, el pianista Mathew Shipp y el trompetista Dave Douglas, entre otros. Actualmente labora en la escuela Taller de Arte Contemporáneo (TAC) como maestro de saxofón.
miércoles, noviembre 30, 2005
martes, noviembre 22, 2005
Malverde en ALL ABOUT JAZZ
Estimados y estimadas, con placer les comunico que un servidor ha sido publicado en la revista online estadounidense All About Jazz (AAJ), la cual posiblemente sea la revista de jazz más grande del mundo con un promedio de 800,000 visitas al mes. AAJ se distingue por su amplio rango y su cobertura de prácticamente todos los estilos de jazz, desde el más tradicional hasta el free que borda el ruido, así como todo tipo de 'world music'.
El artículo que me publicaron fue una entrevista a Tim Laughlin, un clarinetista de Nueva Orleáns que tocó en Mérida el mes pasado, y que fue publicada originalmente en la revista cultural Unas Letras de nuestra estimada Eugenia Montalván.
A partir de los próximos días publicaré también reseñas de cd's y textos tan diversos como armar una fonoteca de Keith Jarrett y otra con los mejores discos de salsa.
Y por último, ésta es mi página personal en All About Jazz.
El artículo que me publicaron fue una entrevista a Tim Laughlin, un clarinetista de Nueva Orleáns que tocó en Mérida el mes pasado, y que fue publicada originalmente en la revista cultural Unas Letras de nuestra estimada Eugenia Montalván.
A partir de los próximos días publicaré también reseñas de cd's y textos tan diversos como armar una fonoteca de Keith Jarrett y otra con los mejores discos de salsa.
Y por último, ésta es mi página personal en All About Jazz.
lunes, noviembre 14, 2005
El desafío del free jazz: reseña del concierto de Trío Oriente y ((O))rbit en Unas Letras, viernes 28 de octubre de 2005
Si el jazz es una música de minorías, tal como afirmaba el infatigable crítico e historiador alemán Joachim Berendt, el free jazz viene a ser una música para una minoría entre las minorías. Triste verdad, pero esto al mismo tiempo nos permite dar saltos de gusto y sentirnos privilegiados ante cada oportunidad de apreciar en vivo este incomparable estilo de improvisación.
Antes de avanzar, refirámonos nuevamente a Berendt (todas sus citas son tomadas del libro “El jazz: de Nueva Orleáns a los años 80”) para repasar los conceptos fundamentales objeto de la presente reseña. Entiéndase por free jazz una música que integra, entre otros, los siguientes elementos: “una irrupción de la atonalidad, una nueva concepción rítmica que se distingue por la disolución de la métrica, el realce de la intensidad en la ejecución y una extensión del sonido musical hasta invadir los ámbitos del ruido”.
Desmenucemos. La atonalidad consiste en dejar de lado la ejecución de las notas tradicionales o consonantes (do, re, mi, fa, etc.) y con esto crear disonancias o sonidos que en primer término resultan “desagradables” para el oído. La disolución de la métrica consiste en abandonar los ritmos percusivos tradicionales, en su mayoría basados en cuatro tiempos (2/4, 3/4, 4/4, etc.), es decir, perder ese ritmito “tu-pa, tu-pa…” o ese “tu-tu-pa, tu-tu-pa…” característico de las canciones de rock y de prácticamente todos los géneros. Sobre la intensidad en la ejecución no hay mucho que explicar: en lugar de recitar o declamar una frase, los músicos de free jazz gritan, vociferan o incluso susurran. Y por último, aunado a todo lo anterior, esta música roza los límites del ruido, definiendo éste como un sonido inarticulado y confuso que por lo general se produce a gran volumen, pero que al mismo tiempo logra incluso asimilarse al silencio, tal como soñaba John Cage.
Entonces, ¿quiénes hacen free jazz en nuestro país? O quizás la pregunta debería ser: ¿quiénes se atreven a hacer free jazz en México? Para responder adecuadamente hay que aclarar que deben existir acaso unos 300 o quizás 400 músicos profesionales de jazz en la República (pensando con optimismo), y que de éstos unos 15 o 20, prácticamente todos residentes del Distrito Federal, ejecutan o experimentan regularmente con la improvisación libre. Tal como cita nuestro estimado Alain Derbez en su libro “El jazz en México: datos para una historia”, ya decía el trompetista y percusionista veracruzano Rafael Figueroa a finales de los 80’s que: “el jazz libre en México no existe. Así de fácil,” para sin embargo continuar diciendo que: “los músicos free-jazzeros de este país se las han arreglado para manchar esa inmaculada y absoluta verdad [la ausencia de free jazz en México], mediante su sola existencia”.
Entre ellos, los héroes del free jazz en nuestro país, debemos enunciar al pionero absoluto, el saxofonista Henry West, quien a mediados de los 70’s colaboró tanto con el trompetista norteamericano Don Cherry como con los happenings multimedia dirigidos por Alejandro Jodorowsky. También es necesario mencionar al maestro Francisco Téllez y la labor que ha desempeñado con el Cuarteto Mexicano de Jazz (que incluye al formidable sax tenor Pablo Salas) y la Orquesta de Jazz Libre del Distrito Federal; a los integrantes de la Banda Elástica; a los integrantes del fantástico trío Cráneo de Jade: el saxofonista Remi Álvarez, el contrabajista Aarón Cruz y el baterista Hernán Hecht; a los integrantes de la banda Sociedad Acústica de Capital Variable, agrupados alrededor del multiinstrumentista Marcos Miranda; al saxofonista Germán Bringas; al contrabajista Rodrigo Castelán; y finalmente a los músicos de generaciones cercanas a la mía, veinteañeros rayando en los treinta como el baterista Enrico Solano, el contrabajista Arturo Báez y finalmente nuestro estimado guitarrista yucateco Armando Martín, cuyo pasado concierto es el tema de la presente crónica, y quien sin duda alguna es uno de los músicos más originales y radicalmente individualistas que haya surgido de las tierras del Mayab.
Armando se presentó en su ciudad natal como parte del ciclo de conciertos coordinados por la agrupación yucateca Peripherial: performing arts company en cuya organización colabora un servidor, con el amable patrocinio de Unas Letras. Bajo la leyenda de “concierto de música electrónica experimental y free jazz”, nos dimos cita en el local de Unas Letras el viernes 28 de octubre de 2005, una noche cálida y propicia para lanzarnos ciegamente hacia una entropía sonora de la cual saldríamos gratamente recompensados.
El set inicial fue ejecutado por el dueto de DJ’s Malverde versus Augusto Palma. Permí- tanme excusarme de reseñar dicho set debido a que un servidor y el DJ Malverde son la misma persona. Únicamente explicaré que nuestra música fue un tributo a dos corrientes musicales que nos apasionan: una que he bautizado como “deep salsa” y que incluye varias joyas de la música afrocubana editadas por sellos neoyorquinos como Fania, Tico, Cotique, y la otra siendo el afro-funk de los 70’s, de gente como James Brown y Fela Kuti.
Inmediatamente después de que un acetato de Héctor Lavoe nos recordara por qué éste sigue siendo el rey indiscutible de los cantantes de salsa, Armando Martín lanzó como un disparo los primeros acordes de su pieza “Monte Adentro”. Poco a poco fueron integrando sus voces los otros dos miembros del Trío Oriente, primero el baterista Daniel Galaz y luego el guitarrista Leonel Traconis, quien esa noche tocó el bajo eléctrico. El público asistente, aproximadamente unas 100 personas, tomó asiento y se dispuso a escuchar el arriesgado discurso musical de estos tres intérpretes. Tras improvisar colectivamente por algunos minutos, Armando interpretó el tema de la pieza y prosiguió con un largo solo de guitarra que empezó a calentar los motores de la concurrencia. El sonido de Armando es una mezcla de las frases cortadas y puntillistas del bebop con los acordes disonantes del post-bop de finales de los 70’s, filtrado todo por la influencia de diversos guitarristas de rock, de guitarristas de las primeras épocas del jazz fusión y sobre todo de lo que se ha dado en llamar el “sonido ECM”, especialmente influenciado por guitarristas como Terje Rypdal. Aunado a esto, Armando crea fantásticos “drones” (sonidos intensos y repetitivos) y “loops” (ritmos repetitivos) mediante un sistema de pedales de efectos, que nos recuerdan los experimentos minimalistas de músicos como Terry Riley y Steve Reich, y en algunos momentos especialmente climáticos utiliza las técnicas vanguardistas de guitarristas de free jazz como Sonny Sharrock e incluso Derek Bailey.
Posteriormente interpretaron otra pieza original de Armando titulada “Final de Verano” que incluyó agresivos solos de guitarra y batería.
Luego, Leonel inició su composición “Esquivando las Máquinas” con un rítmico solo de bajo eléctrico, para dar lugar después a un obligado seguido de un groove industrial. Por último, el trío cerró con una improvisación libre en la que destacó especialmente la interacción entre Armando y el joven baterista de 17 años Daniel Galaz, quien a juzgar por lo que oímos esa noche promete ser uno de los músicos que saque a Yucatán del letargo percusivo que vive en materia de jazz. Cabe mencionar que las tres piezas que tocaron, más la improvisación libre, fueron de más de quince minutos cada una, lo que ofreció un amplio espacio para la interacción entre los músicos.
Cerró la noche el dueto deno- minado ((O))rbit, integrado por los hermanos Iván y Oscar García, y cuya originalidad consiste en que interpretan piezas electrónicas compuestas por ellos mismos, lo cual los distingue de la multitud de DJ’s locales y nacionales que únicamente mezclan la música de otros intérpretes. Este par de músicos describen sus piezas como una mezcla de downbeat, ambient, house y música étnica, enfocando sus baterías hacia un sonido más orgánico. El público quedó ampliamente satisfecho por los ritmos tribales y las composiciones oscuras y poco complacientes de dicho dueto. Sin embargo, los miembros de ((O))rbit se vieron forzado a concluir su set anticipadamente debido a unos infaustos problemas técnicos con sus laptops.
Finalmente, la velada concluyó como un sano recordatorio de que sí existe el free jazz en México, y que especialmente sí existe el free jazz en Yucatán. A principios de diciembre, el sábado 3 de dicho mes, continuaremos nuestras exploraciones sónicas free-jazzeras con un dueto excepcional entre el ya mencionado y elogiado Armando Martín y el saxofonista de Nueva Zelanda Blair Latham, cuya llegada a Mérida es una de las más interesantes adiciones que haya tenido este año la escena jazzística local. Demostremos que, tal como afirmaba el saxofonista Ornette Coleman, uno de los padres del free jazz, “¡la belleza es una cosa extraña!”.
Antes de avanzar, refirámonos nuevamente a Berendt (todas sus citas son tomadas del libro “El jazz: de Nueva Orleáns a los años 80”) para repasar los conceptos fundamentales objeto de la presente reseña. Entiéndase por free jazz una música que integra, entre otros, los siguientes elementos: “una irrupción de la atonalidad, una nueva concepción rítmica que se distingue por la disolución de la métrica, el realce de la intensidad en la ejecución y una extensión del sonido musical hasta invadir los ámbitos del ruido”.
Desmenucemos. La atonalidad consiste en dejar de lado la ejecución de las notas tradicionales o consonantes (do, re, mi, fa, etc.) y con esto crear disonancias o sonidos que en primer término resultan “desagradables” para el oído. La disolución de la métrica consiste en abandonar los ritmos percusivos tradicionales, en su mayoría basados en cuatro tiempos (2/4, 3/4, 4/4, etc.), es decir, perder ese ritmito “tu-pa, tu-pa…” o ese “tu-tu-pa, tu-tu-pa…” característico de las canciones de rock y de prácticamente todos los géneros. Sobre la intensidad en la ejecución no hay mucho que explicar: en lugar de recitar o declamar una frase, los músicos de free jazz gritan, vociferan o incluso susurran. Y por último, aunado a todo lo anterior, esta música roza los límites del ruido, definiendo éste como un sonido inarticulado y confuso que por lo general se produce a gran volumen, pero que al mismo tiempo logra incluso asimilarse al silencio, tal como soñaba John Cage.
Entonces, ¿quiénes hacen free jazz en nuestro país? O quizás la pregunta debería ser: ¿quiénes se atreven a hacer free jazz en México? Para responder adecuadamente hay que aclarar que deben existir acaso unos 300 o quizás 400 músicos profesionales de jazz en la República (pensando con optimismo), y que de éstos unos 15 o 20, prácticamente todos residentes del Distrito Federal, ejecutan o experimentan regularmente con la improvisación libre. Tal como cita nuestro estimado Alain Derbez en su libro “El jazz en México: datos para una historia”, ya decía el trompetista y percusionista veracruzano Rafael Figueroa a finales de los 80’s que: “el jazz libre en México no existe. Así de fácil,” para sin embargo continuar diciendo que: “los músicos free-jazzeros de este país se las han arreglado para manchar esa inmaculada y absoluta verdad [la ausencia de free jazz en México], mediante su sola existencia”.
Entre ellos, los héroes del free jazz en nuestro país, debemos enunciar al pionero absoluto, el saxofonista Henry West, quien a mediados de los 70’s colaboró tanto con el trompetista norteamericano Don Cherry como con los happenings multimedia dirigidos por Alejandro Jodorowsky. También es necesario mencionar al maestro Francisco Téllez y la labor que ha desempeñado con el Cuarteto Mexicano de Jazz (que incluye al formidable sax tenor Pablo Salas) y la Orquesta de Jazz Libre del Distrito Federal; a los integrantes de la Banda Elástica; a los integrantes del fantástico trío Cráneo de Jade: el saxofonista Remi Álvarez, el contrabajista Aarón Cruz y el baterista Hernán Hecht; a los integrantes de la banda Sociedad Acústica de Capital Variable, agrupados alrededor del multiinstrumentista Marcos Miranda; al saxofonista Germán Bringas; al contrabajista Rodrigo Castelán; y finalmente a los músicos de generaciones cercanas a la mía, veinteañeros rayando en los treinta como el baterista Enrico Solano, el contrabajista Arturo Báez y finalmente nuestro estimado guitarrista yucateco Armando Martín, cuyo pasado concierto es el tema de la presente crónica, y quien sin duda alguna es uno de los músicos más originales y radicalmente individualistas que haya surgido de las tierras del Mayab.
Armando se presentó en su ciudad natal como parte del ciclo de conciertos coordinados por la agrupación yucateca Peripherial: performing arts company en cuya organización colabora un servidor, con el amable patrocinio de Unas Letras. Bajo la leyenda de “concierto de música electrónica experimental y free jazz”, nos dimos cita en el local de Unas Letras el viernes 28 de octubre de 2005, una noche cálida y propicia para lanzarnos ciegamente hacia una entropía sonora de la cual saldríamos gratamente recompensados.
El set inicial fue ejecutado por el dueto de DJ’s Malverde versus Augusto Palma. Permí- tanme excusarme de reseñar dicho set debido a que un servidor y el DJ Malverde son la misma persona. Únicamente explicaré que nuestra música fue un tributo a dos corrientes musicales que nos apasionan: una que he bautizado como “deep salsa” y que incluye varias joyas de la música afrocubana editadas por sellos neoyorquinos como Fania, Tico, Cotique, y la otra siendo el afro-funk de los 70’s, de gente como James Brown y Fela Kuti.
Inmediatamente después de que un acetato de Héctor Lavoe nos recordara por qué éste sigue siendo el rey indiscutible de los cantantes de salsa, Armando Martín lanzó como un disparo los primeros acordes de su pieza “Monte Adentro”. Poco a poco fueron integrando sus voces los otros dos miembros del Trío Oriente, primero el baterista Daniel Galaz y luego el guitarrista Leonel Traconis, quien esa noche tocó el bajo eléctrico. El público asistente, aproximadamente unas 100 personas, tomó asiento y se dispuso a escuchar el arriesgado discurso musical de estos tres intérpretes. Tras improvisar colectivamente por algunos minutos, Armando interpretó el tema de la pieza y prosiguió con un largo solo de guitarra que empezó a calentar los motores de la concurrencia. El sonido de Armando es una mezcla de las frases cortadas y puntillistas del bebop con los acordes disonantes del post-bop de finales de los 70’s, filtrado todo por la influencia de diversos guitarristas de rock, de guitarristas de las primeras épocas del jazz fusión y sobre todo de lo que se ha dado en llamar el “sonido ECM”, especialmente influenciado por guitarristas como Terje Rypdal. Aunado a esto, Armando crea fantásticos “drones” (sonidos intensos y repetitivos) y “loops” (ritmos repetitivos) mediante un sistema de pedales de efectos, que nos recuerdan los experimentos minimalistas de músicos como Terry Riley y Steve Reich, y en algunos momentos especialmente climáticos utiliza las técnicas vanguardistas de guitarristas de free jazz como Sonny Sharrock e incluso Derek Bailey.
Posteriormente interpretaron otra pieza original de Armando titulada “Final de Verano” que incluyó agresivos solos de guitarra y batería.
Luego, Leonel inició su composición “Esquivando las Máquinas” con un rítmico solo de bajo eléctrico, para dar lugar después a un obligado seguido de un groove industrial. Por último, el trío cerró con una improvisación libre en la que destacó especialmente la interacción entre Armando y el joven baterista de 17 años Daniel Galaz, quien a juzgar por lo que oímos esa noche promete ser uno de los músicos que saque a Yucatán del letargo percusivo que vive en materia de jazz. Cabe mencionar que las tres piezas que tocaron, más la improvisación libre, fueron de más de quince minutos cada una, lo que ofreció un amplio espacio para la interacción entre los músicos.
Cerró la noche el dueto deno- minado ((O))rbit, integrado por los hermanos Iván y Oscar García, y cuya originalidad consiste en que interpretan piezas electrónicas compuestas por ellos mismos, lo cual los distingue de la multitud de DJ’s locales y nacionales que únicamente mezclan la música de otros intérpretes. Este par de músicos describen sus piezas como una mezcla de downbeat, ambient, house y música étnica, enfocando sus baterías hacia un sonido más orgánico. El público quedó ampliamente satisfecho por los ritmos tribales y las composiciones oscuras y poco complacientes de dicho dueto. Sin embargo, los miembros de ((O))rbit se vieron forzado a concluir su set anticipadamente debido a unos infaustos problemas técnicos con sus laptops.
Finalmente, la velada concluyó como un sano recordatorio de que sí existe el free jazz en México, y que especialmente sí existe el free jazz en Yucatán. A principios de diciembre, el sábado 3 de dicho mes, continuaremos nuestras exploraciones sónicas free-jazzeras con un dueto excepcional entre el ya mencionado y elogiado Armando Martín y el saxofonista de Nueva Zelanda Blair Latham, cuya llegada a Mérida es una de las más interesantes adiciones que haya tenido este año la escena jazzística local. Demostremos que, tal como afirmaba el saxofonista Ornette Coleman, uno de los padres del free jazz, “¡la belleza es una cosa extraña!”.
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viernes, noviembre 11, 2005
La risa, ¿cuestión de género?
Científicos estadounidenses aseguran que existe una división de género cuando de reír se trata.
Un equipo de la Universidad de Stanford, monitoreó la actividad cerebral de mujeres y hombres mirando dibujos animados.
Los expertos concluyeron que áreas del cerebro como las del procesamiento del lenguaje, la memoria y la que genera sentimientos de retribución, son más activadas en la mujer que en el hombre.
El profesor Allan Reiss dijo que, "los resultados ayudaron a explicar hallazgos previos que sugieren que hombres y mujeres conciben y aprecian el humor de diferente forma".
Se sabe que la corteza prefrontal, que influye en el procesamiento del lenguaje y la memoria, juega un rol en la apreciación del humor.
El equipo de Stanford demostró que el centro (en el cerebro) responsable por generar sentimientos positivos asociados a situaciones como la ganancia de dinero, también es activado por el humor.
El último estudio utilizó escáneres para monitorear el cerebro de diez mujeres y diez hombres mientras miraban 70 dibujos animados en blanco y negro.
Los investigadores concluyeron que existen similitudes en la forma en que los cerebros de hombres y mujeres responden al humor.
Sin embargo, encontraron que ciertas regiones del cerebro se activaban más en las mujeres que en los hombres.
Las mujeres, según el estudio, pondrían más atención al lenguaje del humor, empleando quizás, una actitud más analítica.
Asimismo las mujeres esperaban menos que los hombres que los dibujos animados fueran graciosos. Es por eso que cuando lo eran, el centro del placer en su cerebro, se encendía con mayor intensidad que el de los hombres.
"Parece que las mujeres no esperaban una retribución que en este caso sería el remate de un chiste", dijo Reiss.
Los científicos también concluyeron que entre más gracioso el dibujo animado más se activaba el centro de retribución en la mujer. Lo que no sucede en los hombres, quienes al parecer esperaban desde en comienzo que el dibujo animado sea chistoso.
Se espera que la investigación provea elementos para entender la depresión y otras condiciones como la cataplejia, un intempestiva pérdida de movimiento en el cuerpo vinculada a las emociones.
Tomado de BBC Mundo en Español
Un equipo de la Universidad de Stanford, monitoreó la actividad cerebral de mujeres y hombres mirando dibujos animados.
Los expertos concluyeron que áreas del cerebro como las del procesamiento del lenguaje, la memoria y la que genera sentimientos de retribución, son más activadas en la mujer que en el hombre.
El profesor Allan Reiss dijo que, "los resultados ayudaron a explicar hallazgos previos que sugieren que hombres y mujeres conciben y aprecian el humor de diferente forma".
Se sabe que la corteza prefrontal, que influye en el procesamiento del lenguaje y la memoria, juega un rol en la apreciación del humor.
El equipo de Stanford demostró que el centro (en el cerebro) responsable por generar sentimientos positivos asociados a situaciones como la ganancia de dinero, también es activado por el humor.
El último estudio utilizó escáneres para monitorear el cerebro de diez mujeres y diez hombres mientras miraban 70 dibujos animados en blanco y negro.
Los investigadores concluyeron que existen similitudes en la forma en que los cerebros de hombres y mujeres responden al humor.
Sin embargo, encontraron que ciertas regiones del cerebro se activaban más en las mujeres que en los hombres.
Las mujeres, según el estudio, pondrían más atención al lenguaje del humor, empleando quizás, una actitud más analítica.
Asimismo las mujeres esperaban menos que los hombres que los dibujos animados fueran graciosos. Es por eso que cuando lo eran, el centro del placer en su cerebro, se encendía con mayor intensidad que el de los hombres.
"Parece que las mujeres no esperaban una retribución que en este caso sería el remate de un chiste", dijo Reiss.
Los científicos también concluyeron que entre más gracioso el dibujo animado más se activaba el centro de retribución en la mujer. Lo que no sucede en los hombres, quienes al parecer esperaban desde en comienzo que el dibujo animado sea chistoso.
Se espera que la investigación provea elementos para entender la depresión y otras condiciones como la cataplejia, un intempestiva pérdida de movimiento en el cuerpo vinculada a las emociones.
Tomado de BBC Mundo en Español
jueves, noviembre 10, 2005
Soledad genética
El sentimiento de soledad podría estar en los genes de la familia, de acuerdo a un estudio realizado por científicos de la Universidad Libre de Amsterdam y la Universidad de Chicago.
El equipo de investigación estudió los datos de 8.00 gemelos idénticos y no idénticos, y descubrieron que los genes tenían una influencia significativa de la soledad.
Dorret Boomsma, jefe de este estudio que fue publicado en Behavior Genetics, explicó que su trabajo demuestra ayudar a las personas solas es más complejo de lo que se cree.
"Este tipo de conocimiento nos ayuda porque demuestra que no es tan sencillo como decir que la soledad se arregla con cambiar a la persona de ambiente", explicó Boomsma.
En el pasado, se ha pensado que la soledad está relacionada con enfermedades del corazón, así como a los problemas emocionales, como la ansiedad, la autoestima y la sociabilidad.
Los científicos también sugieren que la soledad proviene de los tiempos prehistóricos, cuando los cazadores deliberadamente se apartaban del grupo para evitar compartir la comida.
Esta estrategia significaba que se aseguraban una mejor nutrición y -por lo tanto- más posibilidades de sobrevivir y de tener hijos.
Pero tenía sus desventajas pues implicaba el desarrollo de una disposición a la ansiedad, la hostilidad, la negatividad y la evasión social.
En el estudio, a los gemelos -que fueron supervisados regularmente desde 1991, cuando tenían entre 13 y 20 años- les preguntaron si estaban de acuerdo o en desacuerdo con ciertas frases como "pierdo a los amigos muy fácil" o "nadie me quiere".
Los expertos compararon las respuestas de los pares idénticos y de los no idénticos y descubrieron que existían menos diferencias en cuanto al sentimiento de soledad entre los gemelos idénticos.
Es por esto que los especialistas creen que los genes juegan un papel importante a la hora de determinar si una persona experimenta o no este sentimiento a lo largo de su vida.
No obstante, Arthur Cassidy, psicólogo del Instituto de Belfast, considera que las personas podrían aprender estos comportamientos de sus familias.
"Estas pueden tener una manera de ver las cosas muy pesimistas y de interpretarlas de una manera muy negativa, así que las personas pueden aprender a convertirse pesimistas y, por consiguiente, sentirse solas", explica.
"Pero también es posible desprenderse de estos sentimientos usando la Terapia de Comportamiento Cognitivo (TCC) y la psicoterapia".
-- Tomado de BBC Mundo en Español
El equipo de investigación estudió los datos de 8.00 gemelos idénticos y no idénticos, y descubrieron que los genes tenían una influencia significativa de la soledad.
Dorret Boomsma, jefe de este estudio que fue publicado en Behavior Genetics, explicó que su trabajo demuestra ayudar a las personas solas es más complejo de lo que se cree.
"Este tipo de conocimiento nos ayuda porque demuestra que no es tan sencillo como decir que la soledad se arregla con cambiar a la persona de ambiente", explicó Boomsma.
En el pasado, se ha pensado que la soledad está relacionada con enfermedades del corazón, así como a los problemas emocionales, como la ansiedad, la autoestima y la sociabilidad.
Los científicos también sugieren que la soledad proviene de los tiempos prehistóricos, cuando los cazadores deliberadamente se apartaban del grupo para evitar compartir la comida.
Esta estrategia significaba que se aseguraban una mejor nutrición y -por lo tanto- más posibilidades de sobrevivir y de tener hijos.
Pero tenía sus desventajas pues implicaba el desarrollo de una disposición a la ansiedad, la hostilidad, la negatividad y la evasión social.
En el estudio, a los gemelos -que fueron supervisados regularmente desde 1991, cuando tenían entre 13 y 20 años- les preguntaron si estaban de acuerdo o en desacuerdo con ciertas frases como "pierdo a los amigos muy fácil" o "nadie me quiere".
Los expertos compararon las respuestas de los pares idénticos y de los no idénticos y descubrieron que existían menos diferencias en cuanto al sentimiento de soledad entre los gemelos idénticos.
Es por esto que los especialistas creen que los genes juegan un papel importante a la hora de determinar si una persona experimenta o no este sentimiento a lo largo de su vida.
No obstante, Arthur Cassidy, psicólogo del Instituto de Belfast, considera que las personas podrían aprender estos comportamientos de sus familias.
"Estas pueden tener una manera de ver las cosas muy pesimistas y de interpretarlas de una manera muy negativa, así que las personas pueden aprender a convertirse pesimistas y, por consiguiente, sentirse solas", explica.
"Pero también es posible desprenderse de estos sentimientos usando la Terapia de Comportamiento Cognitivo (TCC) y la psicoterapia".
-- Tomado de BBC Mundo en Español
viernes, noviembre 04, 2005
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