El repertorio del próximo concierto de la Sinfónica está buenísimo a pesar de que tocan "Romeo y Julieta". Van a interpretar una pieza de Mario Lavista (maestro de composición de Javier Álvarez), el standard de Javier "Metro Chabacano" y, lo que me ha impulsado a comprar mi boleto y publicar este post: ¡el SEGUNDO CONCIERTO PARA PIANO DE RACHMANINOFF (en la foto)!!!
La verdad yo prefiero el Rach 2 al Rach 3 (muy chingón igual, popularizado por la película "Shine"), así que no me voy a perder esta versión. Incluso creo que Rachmaninoff prefería su Segundo concierto sobre los otros. Sólo una vez he podido escuchar en vivo el Rach 2 (con la Sinfónica de Iowa en Des Moines, hace unos 6 años, casi me salieron las lágrimas) y atesoro ese recuerdo.
También toca la Sinfónica el viernes pero ese día estoy organizando un concierto de jazz en Unas Letras (con el trío de Latin Jazz de Alberto Palomo), así que mi único día para escuchar la obra de Rachmaninoff es el domingo.
Aparte de la Sinfónica, el sábado a las 9pm toca el ensamble de música contemporánea Sequenza Sur en el Centro de Artes Visuales de Santa Ana, y el programa es una de las cosas más interesantes de música clásica que se hayan hecho en Mérida desde el anterior concierto del mismo ensamble (jejeje). Tocarán piezas de Lavista (al parecer el propio Lavista estará ahí dirigiendo), 4:33 de John Cage, algo de Terry Riley (el viejito barbudo y sonriente que ilustra el presente párrafo), standards de Ligeti, etc.
Info sobre la Sinfónica.
Info sobre Sequenza Sur.
En fin, avisen si alguien se apunta ya sea para el sábado con Sequenza Sur o para el domingo con la Sinfónica. El domingo en la mañana planeo pasar a desayunar a Wayané's o algo por el estilo antes de ir al Peón. La Sinfónica cuesta de 100 a 50 pesos, by the way, Sequenza Sur es gratis. Ya decía nuestro querido amigo Armando que el "free jazz" es "free" porque es gratis.
¡Y ojalá vayan también al toquín de jazz del viernes! ¡Aprovechen escuchar el piano STEINWAY que Eugenia rentó para Unas Letras, y que ha sobrevivido a verdaderos salvajes sónicos como el neoyorquino John Blum! ¡Ese piano tiene garra!