jueves, abril 14, 2005

Saramago sobre el desafuero de AMLO

Me creía vacunado contra la estupefacción, esa reacción instintiva de la razón cuando se encuentra ante algo que no sólo excede los límites del sentido común sino que además lo ofende sin la más mínima sombra de pudor.

Lo que está pasando en México es eso: falta de pudor. Me inclino a pensar que se trata de una enfermedad crónica en el país de un Juárez o de un Cárdenas que, por lo visto, mejor suerte merecían, si pensamos en la lista de casos en que el poder de las oligarquías políticas y económicas no ha escatimado medios cuando apunta a la eliminación, moral o incluso física, de un adversario.

Cualquier mexicano honesto sabe de lo que estoy hablando. Ahora tenemos ahí, en el paredón, a Andrés Manuel López Obrador. Dicen que cometió un crimen gravísimo y por eso ha sido desaforado. No nos equivoquemos. La hipocresía es reina en México. Muchos de los que condenan a López Obrador son culpables de delitos que seguramente justificarían la cárcel, y eso lo sabe todo el México lindo.

Se pretende eliminar políticamente a López Obrador, y para eso hasta una simple infracción de tráfico les hubiera servido a las sanguijuelas que llevan generaciones chupándole la sangre al pueblo mexicano. Me pregunto si el presidente Fox será realmente consciente de lo que está haciendo o permitiendo. Pilatos también se lavó las manos y al final no le sirvió de nada.

José Saramago

- Publicado originalmente en La Jornada, jueves 14 de abril de 2005