domingo, agosto 29, 2004

Yo en la playa

sábado, agosto 21, 2004

Poema sobre Robert Dana

Hace algunos días, revisando mis cachivaches, reencontré este texto escrito hace 4 años, mientras estuve en Pella, Iowa. Robert Dana es un excelente poeta estadounidense, y tuve la suerte de asistir a una de sus lecturas de poesía, justamente en la biblioteca de la universidad. El poema fue redactado pocas horas después de haber escuchado al poeta cantando sobre atardeceres en las costas del norte de África y ciertas delicias de la vida cotidiana. La anécdota que narra el poema en realidad sucedió, hace algunos 14 años. Como despedida, ya que no puedo transcribirla ni describirla apropiadamente, adjudico espiritualmente a ustedes la profundidad y belleza de las frases de Miles Davis y John Coltrane que estoy escuchando en este instante. Del Kind of Blue, ciertamente.

"Escuchando a Robert Dana en Pella, 2000"

No creo que le importe que le diga viejo.
El caso es que el viejo poeta nos ha dado una lección.
Yo estaba sentado en la biblioteca, admirando el movimiento
de sus palabras que eran serpientes que ardían
bajo la luna fría del otoño como la memoria,
como la serpiente que encontramos muerta frente a mi casa
una
tarde
lluviosa,
hace una vida parece, hace sólo diez años.
Formamos un círculo alrededor del pequeño cadáver y nos reímos del miedo que teníamos de acercarnos.
Nadie pensó en enterrarla.
Cerramos los ojos
y en silencio imaginamos que la lluvia caería en la noche,
lavaría las aceras de las casas y golpearía nuestras ventanas,
y un n.i.ñ.o.s.o.n.á.m.b.u.l.o se levantaría de la cama y saldría a venerar sin llanto la llegada del invierno.

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lunes, agosto 09, 2004

Jueves de jazz

Escuchando: Héctor Lavoe y Willie Colón, "Todo tiene su final"

Sirvan estas palabras para pregonar a los cuatro vientos que nuevamente hay jazz en Mérida. Jazz nocturno, jazz versado —notas apasionadas y llenas de soltura. Formalmente jazz, ya que como afirmaba Jelly Roll Morton, para estos propósitos “no importa qué se toca sino cómo se toca”. El recinto es el Taller de Arte Contemporáneo del guitarrista y bajista Alberto Palomo (calle 27 no. 213-C por 26 y 28, col. García Ginerés), la cita los jueves a partir de las 9 de la noche. El propietario del presente par de oídos ha tenido la fortuna de asistir por lo menos tres veces, atestiguando el jubiloso desarrollo del trío integrado por Juan Palacios al piano eléctrico, Alberto Palomo al bajo y contrabajo eléctrico y Virgilio Zaldívar a la batería. Rindo testimonio ante ustedes: Palacios suele ejecutar unos solos llenos de vigor rítmico y un saludable olfato melódico, Virgilio logra imponer el sonido africanizado de sus tambores y de Palomo ya no sabemos si preferimos oírlo al bajo o a la guitarra, tan placentero es su desempeño en ambos instrumentos. De igual forma, bienaventurados han sido los palomazos de excelentes músicos como el excelente guitarrista de bebop Gilberto Pinzón, el fino baterista Paco Godoy y el saxofonista cubano Humberto Casanova, entre varios otros. Les invito entonces a disfrutar cada jueves de una enérgica velada entre síncopes y sincopados, café expreso y el sano aroma de la juventud. Doy fe.

P.D. Como posterior testimonio, me permito transcribir un poema escrito por un servidor el jueves de la semana pasada, durante un intermedio del trío de Palomo.

Vibro al compás,
sueño sincopado.
¡Soy de viento!

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