domingo, abril 25, 2004

Nostalgia, melancolía, amor.

No tengo mucho qué decir. Cuando uno ama, se ve sujeto a fuerzas difíciles de comprender, que incluso parecen sobrenaturales. Porque quizás en verdad lo son. Es el misterio de lo ajeno, del "otro". El cerebro de uno puede producir explicaciones, puede descifrar ciertos significados, puede iluminar sobre algunos temas. Pero el cerebro no aquieta al cuerpo, nada tranquiliza las estrañas más que un beso cierto y abandonado. No tengo mucho qué decir, más que eso.

Escuchando: "Dolor y perdón", un bolero de Benny Moré.

* * * * *

Exorcismo

Que nadie se espante. Estos textos son como hojas sueltas de un diario personal, de un journal, de una bitácora en papel. Como solían ser antes. El primer texto, cuyo título hace referencia a Coltrane, fue el primer texto que recuerdo haber escrito después de regresar de Iowa, Estados Unidos, en mayo de 2001. Su lectura, al igual que la de los textos que lo acompañan, me ha revelado una especie de continuidad temática: tanto mis preocupaciones como mis satisfacciones han sido casi siempre las mismas. Entonces, comparto estos meses de mi vida con ustedes.

Escuchando: Hermeto Pascoal, "Live at Montreux Jazz Festival 1979"


* * * * *

Escuchando "Soul eyes" de John Coltrane

¿Por qué la noche? Siempre me han gustado los gatos, pero esta noche me he dado cuenta de que soy uno de ellos. Yo no tiemblo: vibro. Yo no camino: merodeo. Yo no hablo: miro. Yo no necesito de la luz. Mis recuerdos son lo que se esconde en la oscuridad, pero a veces tengo la paciencia necesaria para desentrañarlos, o quitarles las entrañas como a un cadáver. No soy más que un impulso. Como siempre, el sonido de un saxofón me detiene y me obliga a mirar hacia atrás y a cerrar luego los ojos. Y con los ojos cerrados viajo de nuevo. Llego hasta ti, aterrizando en tu nuca o en tus párpados. Mi mano en tu cadera. Cada nota del saxofón es una palabra susurrada a los ojos, una y otra vez, repitiéndose como una cascada de atardeceres. Te vas haciendo de aire, te deslizas como el humo; siempre has sido un pájaro y tu naturaleza es seguir al viento. Yo en cambio sólo conozco el camino de vuelta al mar. Soy un pez, y tú eres la luna y las olas y las gaviotas y las tormentas. Y la calma y la brisa a las que finalmente regresaré.

25/mayo/2001

* * * * *

(sin fecha)

No sé si es necesario recordar, pero cada noche recuerdo de todas maneras. Más que los rostros, más que las risas, incluso más que las miradas, lo que me obsesiona son las promesas incumplidas, las palabras nunca dichas, los abrazos no devueltos. Las cartas de amor que nunca entregué.

* * * * *

31 de mayo de 2001.

Muy buen día. Vi "Requiem for a dream" con Dani y Enrique, y "The pillow book" por segunda vez, la que me impactó fuertemente. Pero estuve solo. Y en casa tuve una experiencia personal muy intensa leyendo a Kavafis: "La ciudad", "Itaca", "Dios abandona a Antonio". Recordé muchas cosas, y al volverse más claras las pude aceptar sin ninguna dificultad. He pensado mucho hoy acerca de la lejanía, de las distancias que separan a las personas. Fumar me ayuda, la música y el cine y la poesía también me ayudan. No sé cómo sería mi vida sin ellos.

* * * * *

7 de junio de 2001.

Hoy fue un día sencillo pero lleno de significado. Almorcé en mi casa por el día del padre; jugué con Lucy y Aranza. Los niños son tan egoístas en su afán de juego y diversión que llegan casi a ser desinteresados. Hoy pensé mucho sobre el problema de la comunicación. Estuve un rato con ... casi todo el tiempo en silencio, fumando y oyendo jazz. A veces las cosas que compartimos con otras personas son precisamente las cosas que nos aíslan y nos mantienen en silencio. Me gustaría poder decir todo lo que pienso. Sigo solo, pero por momentos disfruto de esta tranquilidad. He estado leyendo el Tao Te Ching y "El lobo estepario". Steve Reich me ayuda a soñar, y el jazz me devuelve la vida.

* * * * *

(sin fecha)

Si eres como yo, la sobriedad te servirá de exorcismo. La soledad también. Mi silencio obtiene sentido al escuchar a Billie Holiday jugar con un blues como si fuera un gato, o al acordarme de tu respiración entrecortada por gemidos y palabras de un idioma que sólo yo entendía.

* * * * *

(sin fecha)

De nuevo la soledad se vuelve costumbre y voz
De nuevo la música es brújula y anzuelo.
Mis palabras son como peces que flotan inertes en las olas,
Despreciados por las gaviotas y por el horizonte,
Recordatorios escalofriantes de la muerte,
Siempre la muerte.
Leí algo que me describe:
Yo no invoco a la muerte,
La llevo dentro, silenciosa, en lo más hondo.
Es quizás el deseo de eternizar el instante
El taparse los ojos ante el sol
El no querer ser alguien.
Por eso huímos del silencio y del polvo
Por eso hemos puesto nombre a las cosas.
Por eso recuerdo
Y por eso sigo respirando.

* * * * *

8 de julio de 2001.

Semana intensa. Estuvo Ani; aunque con Ani desde el principio he sabido de su fugacidad, como las cosas bellas ella es inaprehensible. No he pensado mucho en Shelley; ella y el año pasado completo poco a poco se van afianzando en mi memoria como algo ya lejano, como una película que has visto varias veces. Quisiera vivir solo. Y como siempre, Coltrane me reconforta y me maravilla.

* * * * *

2 de agosto de 2001.

Hoy fue uno de esos curiosos días en que de hecho disfruto estar solo, y busco estar solo, pero al igual disfruto estar con otras personas. Compré dulces de miel para Shelley y le grabé Oscar Chávez. Y se me ocurrió que la inteligencia bien podría ser qué tanto nos acordamos de nuestra infancia, de nuestro pasado. Y no sólo la inteligencia en un sentido intelectual, sino de un modo emocional; y más aún, creo que mientras más recordemos de nuestro pasado más felices seremos, y mientras más bloqueemos recuerdos dolorosos, más infelices. Nunca quiero dejar de recordar.

* * * * *

3 de octubre de 2001.

Hoy fue otro de esos días sencillos pero repletos de significado. Escuché algunas de las mejores historias que he escuchado de boca de mi padre. Soy afortunado de tenerlo. Llevo ya un mes de escuela, y estoy a punto de cambiarme de trabajo. Y guiado por Carlos Fuentes, quién lo hubiera dicho, me he dado cuenta de que la madurez consiste básicamente en renunciar a algunos (o a todos, en los casos más tristes) de tus sueños; los sueños que te hacen único. Me resulta triste mas no realmente doloroso. Y mantiene la confusión eterna sobre quién soy yo. Ojalá algún día sepa.

-----------------------------------------------------------------

jueves, abril 22, 2004

Otro cuento mínimo; ahora vuelto regalo literario

Pues bueno, continuando con este género de los cuentos en nueve párrafos, corresponde ahora el turno de proporcionar un regalo de cumpleaños, uno sumamente atrasado sin que nadie lo dude, a mi querida amiga Malena. Ofrezco públicamente este regalo y mis sinceras disculpas por su (que en realidad es mí) impuntualidad. Y así, como todos los jazzistas desde Louis Armstrong han sabido, concluimos que no hay mejor regalo que el placer puro y desenfrenado, o al menos un relato de ese placer. Malena, con todo mi afecto, te ofrezco mi literatura.

* * * * *

Fantasía erótica en nueve viñetas. Abril 2004.

Para Malena, en su cumpleaños.

1) Enciendes una vela y un poco de incienso. Cierras las cortinas. Pones una toalla debajo de la puerta. Sonríes en silencio.
2) Tu pareja yace acostada en la cama, con los ojos cerrados. Respira tranquilamente. No duerme. También sonríe. No tiene ropas.
3) Te quitas los zapatos, el cinturón, los calcetines. La ropa interior. Haces más ruido del normal y sonríes de nuevo.
4) Caminas despacio; estás en tu territorio. Tú dominas esta situación. Pones la música que a ti te gusta: baladas de jazz. Al primer compás, tu pareja gime desde la cama.
5) Sigues caminando. Alargas deliciosamente la espera. Sabes que te esperan. Tomas una pequeña botella de aceite aromático. Sirves unas gotas en tu mano. Tu pareja se acuesta boca abajo. Admiras su espalda, sus curvas, la forma de sus nalgas. Suspiras.
6) Viertes unas gotas de aceite en su cuerpo. Ella tiembla. Tus manos son firmes y conocen el camino. Amasas su espalda como si fuera una hogaza de pan. Recorres los huesos de la columna uno por uno. Aprietas y pellizcas las nalgas.
7) Bajas a los pies. Tu pareja se voltea boca arriba. Mirándola a los ojos, empiezas a besar sus pies. Muerdes cada uno de sus dedos. Avanzas mordiendo hasta las rodillas. Subes un poco más, y te detienes un momento a disfrutar de ese aroma a placer. Derramas besos y lengüetazos.
8) A punto de llegar al tesoro que guarda cada persona, decides jugar un poco más. Esquivas el tesoro y subes al ombligo. Le das una nueva forma con tus dedos. Luego te diviertes con los pechos: los estiras, aplastas, pellizcas, acaricias, besas, muerdes, lames. Tu pareja ha optado por comunicarse con gemidos, no con palabras.
9) Llegas a la boca. Te alimentas de ella. Ahora sí: el momento ha llegado. Entras. El juego apenas comienza. Los cuerpos son ya uno sólo. Uno queda arriba, luego el otro. Viajan juntos. Navegan juntos. Van al cielo juntos. Acaba el viaje. Abres los ojos. Sientes de nuevo el aroma, y la abrazas. No necesitas hablar. Comienza de nuevo el juego.

----------------------------------------------------------

martes, abril 20, 2004

Cuatro cuentos mínimos

Para ahorrarnos las explicaciones, mejor sólo comento que estos textos son lo más reciente que un servidor ha redactado, y que dicho servidor de todos ustedes en este preciso momento escucha un delicioso solo de John Lewis en la rola de Charlie Parker "Blues for Alice". Dejen lo pongo otra vez.

* * * * *

Futuro de la humanidad en 9 pasos (Predicción). 30/marzo/2004.

Para Octavio.

1) No hay necesidad del lenguaje.
2) La información, conocimiento, percepciones sensoriales, sentimientos, recuerdos y sueños se transmiten de forma mental, sin necesidad de contacto físico alguno.
3) Sin embargo, la gente nunca estuvo tan comunicada.
4) En cuestión de segundos, uno tendría la capacidad de acceder a la experiencia total de una persona, es decir, a todos los registros conscientes e inconscientes de dicha persona.
5) Desaparecen las industrias telefónica, el cine, la televisión, los libros, las escuelas, la religión.
6) Poco a poco desaparecen los ojos, los oídos, las manos, el cabello, los dientes, las uñas, la boca, la nariz y los genitales.
7) Se llega a un estado humano de uniformidad individualizada: no hay diferencias de cuerpo, raza, sexo; únicamente son distintas las vivencias.
8) Por consenso, se acuerda erradicar la reproducción humana. En lugar de tener hijos, la gente siembra árboles o da alimento a las aves. Desaparecen las enfermedades.
9) Se descubre que el único dios está dentro y fuera de nosotros, de ellos. Se elimina la palabra "yo".

* * * * *

A night together in nine vignettes. April 2004.

Para Jeff

1) Your head starts to get heavy. You get sleepy, your eyelids finally respond to gravity. But you don't close your eyes; not yet, not quite yet.
2) She takes her clothes off. You smile. She turns her back on you. You groan. She looks at you and smiles.
3) Outside of your house, the decent and respectable citizens either have insomnia or decent and respectable dreams which they never remember next morning. You, however, are cursed to having painfully vivid dreams you always remember, dreams that haunt you.
4) You still haven't closed your eyes. She brushes her teeth and turns the house lights off. You drink a sip of water and you wait.
5) She turns a small lamp on and comes into bed. Her entire body is warm, except her feet and hands. You warm her hands but miss the feet. She puts her head in your left arm, which still won't get numb for about an hour.
6) Before she starts to kiss you, she talks about you. You close your eyes, but you are not tired anymore. You caress and sqeeze her body as if it was a bread. She keeps whispering.
7) Both of you play with each other as if the other was the last playmate on earth, like two small kittens. There is no tomorrow. There is no place. There's not a sweeter thing. It is the most beautiful music.
8) She gets up from bed in a single movement and goes to the bathroom. It takes you at least five minutes to get up to drink some water. She's not back yet, but you can hear her voice, she is singing. She comes into bed, looks at you and smiles again. You do too.
9) She sets the alarm and turns the house lights off. Now both her feet and hands are warm. Your heart is open. Now you talk, this is your moment. She is listening. Then you can close your eyes.

* * * * *

La pesadilla de un stoner en nueve viñetas. Abril 2004.

Para Enrique.

1) Estás quitándote de casa del dealer. Llevas medio octavo en la guantera del coche. Prendes el estéreo, pero ni siquiera la música te quita los nervios. ¿Temes, o te temen?
2) Llegas a un semáforo en rojo. Miras por el espejo y ves una patrulla a lo lejos. Te aseguras a ti mismo que no viene por ti. Pero es claro que viene en tu dirección. ¿Temes, o te temen? No lo sabes.
3) Rápidamente pones el paquete debajo del asiento. Estás solo, o estás con alguien, no importa. El miedo es el mismo. La patrulla se acerca. Tú sudas y enciendes un cigarrillo.
4) Cambia a verde el semáforo y suspiras. Avanzas y crees haberte salvado. Pero la policía te sigue, ahora en tu mismo carril. Se acercan a ti y te prenden varias veces las luces altas. Escuchas la sirena. ¿Temes, o te temen?
5) Bajas el vidrio y se acerca el policía, gordo y con lentes oscuros. No sonríe. Te pide tus papeles. Te pide que bajes del coche. Tú obedeces y finges una inocencia absoluta. Nunca en tu vida has sido inocente. El policía lleva la mano a su pistola. ¿Temes, o te temen?
6) "Mire joven, no nos hagamos tontos. Usted sabe por qué lo detuve. ¿Voy a tener que revisar su coche? ¿O vas a ponerte parejo? Tú decides, joven. Tú decides". ¿Tú decides?
7) Al borde del llanto y otras cosas, tratas de recordar cuánto dinero tienes en el banco o en tu casa. El policía se fue a la sombra. El otro policía duerme. Piensas escapar, pero no lo haces. Piensas en alegar por tus derechos. No lo haces.
8) El policía toma el dinero y se aleja lentamente. Tú sigues pasmado. Te lleva quince minutos encender el coche. Manejas sin rumbo. Enciendes un cigarrillo. Ahora, decir "estoy libre" cobra un significado nuevo. ¿Estás libre, o eres libre? No lo sabes. No te importa. A duras penas recuerdas dónde vives. Enciendes otro cigarrillo. Llegas a un semáforo en rojo.
9) Súbitamente, percibes las luces azules y rojas. Escuchas la sirena. Te ponen las luces altas. Se baja un policía. Se acerca corriendo otro policía. Ambos tienen sus armas en la mano. ¿Temes, o te temen?

* * * * *

Pesadilla cotidiana en nueve viñetas. Abril 2004.

Para Santiago

1) Bajas del autobús y te diriges a tu casa. Es de noche, con llovizna. Estás regresando de la escuela, cansado y con hambre. Caminas y chiflas.
2) Te acercas a tu casa y observas que todas las luces y lámparas están encendidas, y las puertas y ventanas abiertas de par en par. La cochera está vacía. La reja de la casa está abierta. Te pones nervioso, pero sabes que hay una explicación.
3) Entras a la casa y la encuentras vacía de gente. Todas las cosas parecen estar en su lugar, pero no hay ningún alma, excepto tú.
4) Te asomas a la cocina y el grifo del agua está abierto. También los grifos de los baños y las regaderas están abiertos. Las televisiones están encendidas en cada habitación. El teléfono está descolgado. Sientes una punzada de miedo en el pecho.
5) Te dices a ti mismo que no hay nada que temer. Que hay una explicación racional para esto. Te dices que de la lógica no se debe desconfiar. Cierras los grifos, apagas los televisores, cierras las puertas y vas a la cocina.
6) Tienes la boca seca y sientes un leve dolor de cabeza. Tomas una aspirina y bebes agua. Te sientes inquieto. Enciendes un cigarrillo. Piensas en tu familia, en las personas que viven en tu casa.
7) Escuchas pasos y voces en el segundo piso. Subes corriendo. Llevas un cuchillo de cocina. Tropiezas en las escaleras. Hay dos cuartos. Entras al primero y todo está en absoluto desorden: las cosas en el suelo, los cajones abiertos, objetos rotos. Hay sangre y una máscara en el suelo.
8) Corres al segundo cuarto. Está cerrado con llave. Escuchas murmullos y golpes sordos. Pateas la puerta, hasta que cede. El cuarto está insólitamente iluminado, casi te ciega los ojos. Hay cientos de veladoras encendidas. Del techo cuelga el cadáver de un gallo. Las ventanas están rotas. Te acercas al armario, y al ver su interior, vomitas. Pánico.
9) El tufo a muerte llena el aire. No puedes respirar. Tratas de salir del cuarto. Sin embargo, resbalas y caes al suelo. Escuchas una risa, una voz que te dice: "te estaba esperando". No gritas. Cierras los ojos.

--------------------------------------------------------------------